Pensando en el cielo que traes en los labios
yo rozo tus labios y subo a tu cielo.
Me pierdo en tu boca y me olvido del tiempo
tiempo que enloquece si pasa en tus besos.
Sintiendo ese fuego que llevan tus manos
me tocan tus manos y me quedan tus dedos.
Pequeños, desnudos, de cariño llenos;
de tiernas caricias y dulces deseos.
Perdido en el mapa que lleva tu cuerpo
tu cuerpo a mis ansias se presenta eterno,
porque cada vez más nuevo lo siento
y faltaría otra vida para recorrerlo.
Descifrando el poema escrito en tu piel
yo hago de tu piel papel de mis versos.
Allí plasmo a fuego, todo el sentimiento
que me inspiras tú, en todo momento.
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