Un ángel cayó con las alas rotas
y al tocar mi tierra el cielo bajó
En mis manos tristes se instaló la gloria
del mar de tus labios mi vida emergió.
Tu palabra muda tocó a mi puerta
y a tu luz sutil se rindió la noche.
La lluvia llegó y en mi alma desierta
brotó la mañana y cantaron las flores.
Se hicieron eternos en ti los momentos
de risas y besos, pasos y suspiros,
bajo el manto azul de un tangible cielo
que pinto los sueños que juntos tejimos.
Un ángel cayó con el alma herida
justo en el momento en que abrí los brazos.
Al amor real caminé de prisa
y escribí en tu cuerpo mi más dulce abrazo.
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