como estrella iluminaste mi ilusión,
reafirmaste en mí una vez más la confianza
y por ti yo abrí las puertas al amor.
Me enseñaste a esperar la blanca luz
que anuncia un renovado amanecer,
por ti sé que después de las tinieblas
sale el sol como estímulo a mi fe.
Y así espero ese día que no muere
cuando siembres tu dulce paz en mi ser,
disipando todo indicio de penumbra
dando calma e incitándome a creer.
En el cielo yo te vi luna de plata
y me entregué a la magia de tu voz,
y confié en tus labios que decían
que un día yo, viviría en tu corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario