Te recordaré siempre como un destello de luna
que supo atravesar mi total oscuridad,
dando un instante de luz a mi existencia en penumbra
disipando las tinieblas con el brillo de tu paz.
Cada palabra dicha y camino recorrido
marco con tinta indeleble una huella en mi ser;
cicatriz que me permite recordar que hubo una herida
de la cual tú fuiste causa y dulce calma también.
Yo veré al caer la tarde, un sol que no volverá
mientras caigo poco a poco en un mar de soledad;
tú verás un nuevo mundo, un amanecer eterno
que iluminará tu vida por toda la eternidad.
Te recordaré siempre como flor en un desierto
solitaria y deseada gota de miel en el mar,
que decidió navegar sin importar que mis labios
quisieron hallar en ti amor y felicidad.
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